jueves, 27 de marzo de 2014

ANÉCDOTAS FUTBOLERAS (XV): Pipote y Chanqui----- Chanqui y Pipote

Sobre estos dos jugadores se puede escribir un libro entero de anécdotas, pues tanto individualmente como en la pareja que formaban, su vida deportiva era un auténtico sainete. Como muestra, ahí van dos de sus muchísimas peripecias futboleras.
     En la final del trofeo de ferias de El Pedroso del año 1.987 íbamos ganando por un gol a cero, gol conseguido por el tristemente fallecido Rafael Escote "Nene". Este tanteo nos estaba costando mantenerlo sangre, sudor y casi lágrimas, pues el equipo local quería ganar su torneo a toda costa. Pues bien, al lado del campo de fútbol había una pista de coches de choque y cuando quedaban ocho o diez minutos para la conclusión del partido comenzó a funcionar, lógicamente con la música a todo volumen, y a Chanqui, que era nuestro portero, no se le ocurre otra cosa más que ponerse a bailar. Pipote que lo ve, y aprovechando que el balón estaba alejado de nuestra portería me espetó: "Muri, ¿has visto lo que está haciendo el cabrito ese?. Con las patadas que nos están dando esta gente y el muy mamón de cachondeo. ¡Quítalo!".
      El juego se siguió desarrollando normalmente, Chanqui continuaba bailando  y Pipote no dejaba de ponerlo como a un trapo. Casi en el último minuto de juego nos pitan un córner en contra y Pipote estaba desgañitándose con el fín de marcar a los contrarios que habían subido en bloque a rematar, cuando el juanlanas de Chanqui, contoneándose le soltó: "Mira, Pipote, mira que arte". Pipote estuvo a punto de reventar y a voz en grito me dijo: "Muri, ¡cómo nos metan un gol por culpa de ese ......, te juro que lo mato". 
     Menos mal que el encuentro finalizó con el resultado favorable a nosotros y era gracioso el ver a Pipote dándole patadas en el culo a Chanqui, a la vez que le decía: "Ahora es cuando tienes que bailar y no antes, ¡so payaso!".
     Otro día, en un entrenamiento, estábamos ensayando tiros de penalti y cada jugador lanzaba tres seguidos. Cuando le toca el turno a Pipote, Chanqui le para los tres. ¡No vean el cachondeo que le formó!. Pipote, descompuesto, me dice que lo deje tirar otra tanda, pero en vez de tres tiros que sean cinco, que se los mete todos. Chanqui contesta que a él le da igual, como si quiere lanzar diez, que no le va a meter ni uno. Así que todo el personal nos dispusimos a presenciar el espectáculo, unos animando a Chanqui y otros a Pipote.
     Chanqui le paró los cinco penalties (no es que Pipote los lanzara fuera, es que se los paró) y el amigo Juan, con un cabreo de mil demonios abandonó el entrenamiento. No sólo estuvo dos o tres días sin aparecer por el campo de fútbol, sino que ni tan siquiera salió de su casa.

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