Hace unos años, cinco para ser exactos, rendía visita un equipo de record, el Alcalá del Río. Un conjunto que, si bien aquella temporada no empezó muy bien el campeonato que digamos, completó una segunda vuelta impecable, con un poderío y una fuerza inigualable que no le valió el ascenso por aquellas primeras jornadas desaprovechadas. Acababa de bajar a segunda y acusó la adaptación a un nuevo nivel.
Ayer, el Alcalá que visitaba el Coso guardaba ciertas semejanzas con aquel de hace cinco temporadas. Por ejemplo, infringía el mismo temor. Pero también suponía un incremento de la motivación para los nuestros. Este año el Alcalá solo ha cedido una derrota, ante el Cazalla y puede presumir de ser el único equipo que ha ganado al líder, el Campana. Ha ocupado la primera plaza en alguna ocasión y es un serio aspirante al ascenso.
Dos equipos diferentes en el tiempo pero con muchos parecidos. La tarde también pintaba similar, misma hora y mismo clima. Mismas ganas de fútbol y misma necesidad de demostrar la valía sobre el césped. Lo que no contó Alcala en su día, ni tampoco en la tarde de ayer, es que hay en Guadalcanal estrellas que brillan con luz propia. Hace cinco años, dos jugadores destacaron sobre el resto, Bernardo y Jorge Ruso. Ayer lo hizo alguien a quien ya se echaba en falta por estos lares, Alberto, más conocido como Tini.
En la primera vuelta solo había aparecido unos minutos ante el Castilblanco y ante el Liceo (donde provocó la falta que dio origen al empate). En esta segunda, tan solo unos instantes otra vez ante el eterno rival. Pero ocurre que los grandes jugadores resurgen en los grandes partidos y hacen grandes a sus equipos y eso fue lo que ocurrio ayer en Guadalcanal.
Primer minuto de juego y primera ocasión de Tini. Balon largo que la defensa se “traga” y que el delantero, pícaro como él solo, eleva sobre el meta. Lástima que se perdiera por arriba. No obstante, quédense con la jugada porque más tarde se repetiría.
A los siete minutos primer buen augurio de lo que sería una magnífica tarde. Nuevo balón en profundidad que esta vez va a los pies de Meji quien encara al portero y cruza el esférico sin que nada pueda hacer la defensa azulona que acaba introduciéndose el balón en su propia portería. Uno a cero y golpe de moral.
Aunque no era el Guadalcanal de toque de otros partidos, era asombroso el desparpajo y la valentía de un equipo que le estaba jugando de tu a tu al segundo clasificado, quien se veía ahogado en su propia impotencia.
No obstante, el Guadalcanal merecía un toque de atención por las perdidas de balón que se propiciaban en su propio campo en algunas ocasiones y fruto de una de ellas llegó el empate. Tras recuperar la bola en campo contrario el equipo del Alcalá se vuelca sobre la portería de Jose y buscando un único hueco dispara a puerta y hace inútil la estirada del meta local. Uno a uno y tan solo se llevaban dieciocho minutos de juego.
Lejos de amilanarse, el conjunto rojiblanco sacó pecho y orgullo y decidió no dejarse avasallar en su propio campo, por lo que lo siguió intentado una y otra vez, y así, en el veinte un nuevo balón en largo para en los pies de Tini, quien raudo y veloz pone cerco a la portería rival y cruza el que sería el dos a uno. Alegría en la grada y alegría en un jugador que inauguraba su casillero esta temporada para goce de todos.
De ahí al final de la primera parte más de lo mismo, Guadalcanal amo y señor del futbol y el Alcalá sin ser sombra de lo que se presumía.
Llegó la segunda mitad con la incertidumbre de ver qué ocurriría, si Guadalcanal sería capaz de mantener el ritmo y si Alcalá lograría reaccionar. Sin embargo, la segunda mitad fue un calco de la segunda, donde los locales querían más y los visitantes luchaban por intentar dar salida a un mal partido.
Tini ya advirtió de que aquella iba a ser su tarde y lo intentó por activa y por pasiva hasta que lo logró. Para ello tuvo que contar con la ayuda inmprescindible de Chino quien en una genialidad sirve un balón en bandeja para que el punta, esta vez si, consiga ver resuelta la vaselina que en el minuto uno no fue capaz de colar.
Doblete para una vuelta con laureles y vítores de jugadorazo. Tini fue despedido con una fenomenal ovación del Coso. Medio triunfo fue suyo, y al igual que en aquella ocasión, Alcalá volvió a comprobar que Guadalcanal es distinto a cualquier otro campo. Hace cinco años también empató un partido que se le puso cuesta arriba al principio aunque acabo remontando, y Guadalcanal empatando para el delirio del respetable (2-2). Ayer, de nada le sirvió el empate, pues fue neutralizado al instante. No contaban con una de esas tardes gloriosas del fútbol que acostumbra a dar El Coso. Dos historias paralelas, dos finales distintos.
LO MEJOR: Tini, sin lugar a dudas. La ambición del equipo
LO PEOR: Alguna que otra entrada desproporcionada