lunes, 24 de febrero de 2014

Tini regala una nueva tarde de gloria a la afición

Dos historias paralelas, un final distinto. De no ser por el prodigioso partido del delantero guadalcanalense, éste podría haber sido el titular del partido.
Hace unos años, cinco para ser exactos, rendía visita un equipo de record, el Alcalá del Río. Un conjunto que, si bien aquella temporada no empezó muy bien el campeonato que digamos, completó una segunda vuelta impecable, con un poderío y una fuerza inigualable que no le valió el ascenso por aquellas primeras jornadas desaprovechadas. Acababa de bajar a segunda y acusó la adaptación a un nuevo nivel.
Ayer, el Alcalá que visitaba el Coso guardaba ciertas semejanzas con aquel de hace cinco temporadas. Por ejemplo, infringía el mismo temor. Pero también suponía un incremento de la motivación para los nuestros. Este año el Alcalá solo ha cedido una derrota, ante el Cazalla y puede presumir de ser el único equipo que ha ganado al líder, el Campana. Ha ocupado la primera plaza en alguna ocasión y es un serio aspirante al ascenso.
Dos equipos diferentes en el tiempo pero con muchos parecidos. La tarde también pintaba similar, misma hora y mismo clima. Mismas ganas de fútbol y misma necesidad de demostrar la valía sobre el césped. Lo que no contó Alcala en su día, ni tampoco en la tarde de ayer, es que hay en Guadalcanal estrellas que brillan con luz propia. Hace cinco años, dos jugadores destacaron sobre el resto, Bernardo y Jorge Ruso. Ayer lo hizo alguien a quien ya se echaba en falta por estos lares, Alberto, más conocido como Tini.
En la primera vuelta solo había aparecido unos minutos ante el Castilblanco y ante el Liceo (donde provocó la falta que dio origen al empate). En esta segunda, tan solo unos instantes otra vez ante el eterno rival. Pero ocurre que los grandes jugadores resurgen en los grandes partidos y hacen grandes a sus equipos y eso fue lo que ocurrio ayer en Guadalcanal.
Primer minuto de juego y primera ocasión de Tini. Balon largo que la defensa se “traga” y que el delantero, pícaro como él solo, eleva sobre el meta. Lástima que se perdiera por arriba. No obstante, quédense con la jugada porque más tarde se repetiría.
A los siete minutos primer buen augurio de lo que sería una magnífica tarde. Nuevo balón en profundidad que esta vez va a los pies de Meji quien encara al portero y cruza el esférico sin que nada pueda hacer la defensa azulona que acaba introduciéndose el balón en su propia portería. Uno a cero y golpe de moral.
Aunque no era el Guadalcanal de toque de otros partidos, era asombroso el desparpajo y la valentía de un equipo que le estaba jugando de tu a tu al segundo clasificado, quien se veía ahogado en su propia impotencia.
No obstante, el Guadalcanal merecía un toque de atención por las perdidas de balón que se propiciaban en su propio campo en algunas ocasiones y fruto de una de ellas llegó el empate. Tras recuperar la bola en campo contrario el equipo del Alcalá se vuelca sobre la portería de Jose y buscando un único hueco dispara a puerta y hace inútil la estirada del meta local. Uno a uno y tan solo se llevaban dieciocho minutos de juego.
Lejos de amilanarse, el conjunto rojiblanco sacó pecho y orgullo y decidió no dejarse avasallar en su propio campo, por lo que lo siguió intentado una y otra vez, y así, en el veinte un nuevo balón en largo para en los pies de Tini, quien raudo y veloz pone cerco a la portería rival y cruza el que sería el dos a uno. Alegría en la grada y alegría en un jugador que inauguraba su casillero esta temporada para goce de todos.
De ahí al final de la primera parte más de lo mismo, Guadalcanal amo y señor del futbol y el Alcalá sin ser sombra de lo que se presumía.
Llegó la segunda mitad con la incertidumbre de ver qué ocurriría, si Guadalcanal sería capaz de mantener el ritmo y si Alcalá lograría reaccionar. Sin embargo, la segunda mitad fue un calco de la segunda, donde los locales querían más y los visitantes luchaban por intentar dar salida a un mal partido.
Tini ya advirtió de que aquella iba a ser su tarde y lo intentó por activa y por pasiva hasta que lo logró. Para ello tuvo que contar con la ayuda inmprescindible de Chino quien en una genialidad sirve un balón en bandeja para que el punta, esta vez si, consiga ver resuelta la vaselina que en el minuto uno no fue capaz de colar.
Doblete para una vuelta con laureles y vítores de jugadorazo. Tini fue despedido con una fenomenal ovación del Coso. Medio triunfo fue suyo, y al igual que en aquella ocasión, Alcalá volvió a comprobar que Guadalcanal es distinto a cualquier otro campo. Hace cinco años también empató un partido que se le puso cuesta arriba al principio aunque acabo remontando, y Guadalcanal empatando para el delirio del respetable (2-2). Ayer, de nada le sirvió el empate, pues fue neutralizado al instante. No contaban con una de esas tardes gloriosas del fútbol que acostumbra a dar El Coso. Dos historias paralelas, dos finales distintos.

LO MEJOR: Tini, sin lugar a dudas. La ambición del equipo

LO PEOR: Alguna que otra entrada desproporcionada

miércoles, 19 de febrero de 2014

ANÉCDOTAS FUTBOLERAS (XIII) "Mis botas nuevas y el cabreo del presidente"

Yo siempre he sido muy delicado de pies y en mi época de jugador de fútbol (o lo que fuera), cuando me compraba o me daban unas botas nuevas, siempre me hacían daño al principio y la solución que encontré fué el dejárselas a un compañero que calzara mi mismo número de pie para que jugara varias veces con ellas y me las "domara".
     Una vez hecho esta especie de pequeño prolegómeno, paso a narrarles la siguiente vivencia futbolística.
     En el verano de 1.983 la directiva del Guadalcanal C.D. tuvo a bien el comprarnos unas botas nuevas a todo el plantel futbolero. El encargado de adquirirlas fue el presidente, Adriano Atalaya, que como todo el mundo sabe por aquel tiempo tenía una zapatería. El día del estreno de las botas fue en el campo municipal de el Coso, durante un entrenamiento y Adriano estaba bastante ufano, pues además de tener muy buena calidad, las había conseguido a un precio asaz económico, pero yo me cargué de una manera fulminante. Les cuento.
     Más o menos a la media hora de haberme calzado las dichosas botas, éstas comenzaron a hacerme daño, entonces me las quité y arrojándolas detrás de una portería (con el fín de tenerlas localizadas para cuando acabara de entrenar) decidí continuar el entrenamiento descalzo. Adriano se da cuenta de mi maniobra y hecho un auténtico basilisco me espetó que eso no se hacía, que como jugador-entrenador tenía que dar ejemplo, que si no me gustaban las botas que lo dijera de otra manera, yo que sé la que me lió. Me costó dios y ayuda el convencerle de que no tenía nada contra las botas ni tampoco contra él y que todo se debía al problema de mis queridos pinreles. Menos mal que Adriano adolecía de un carácter parecido al mío y lo mismo que le entraban los cabreos se les quitaban y al momento hicimos las paces.

                          Antonio Murillo

lunes, 10 de febrero de 2014

2-1 Chino decanta la balanza del lado local en un complicado partido

No estaba la tarde para fútbol. A decir verdad no estaba para casi nada que no fuera quedarse en casa. La "ciclogénesis explosiva" que se anunciaba para este domingo hacía acto de presencia en El Coso una hora antes del encuentro, lo que presagiaba (como así fue) una escasa afluencia de públi. co. Hecho éste, que repercutiría y mucho en el desarrollo del juego, y es que el Guadalcanal C.D. está cada vez más acostumbrado al empuje de su hinchada y ayer se veía un poco desprovisto, aunque visto lo visto era de comprender que la entrada se resintiera.
Rendía visita un rival que trae muy buenos recuerdos a los nuestros, en lo que a visitas se refiere claro. Hace más de un lustro que no gana en El Coso el equipo del Priorato. Un conjunto que este año se presentaba con un plantel muy joven aunque no desprovisto de talento y que tras el encuentro puso en entredicho la baja posición que ocupan en la tabla esta temporada.
Guadalcanal por su parte venía de cosechar una nueva derrota fuera de su feudo con polémica incluida ante el Minas, aunque aún en el recuerdo coletea aquel derby ganado una semana antes ante el Liceo Alanis por lo que las sensaciones eran buenas.
Comenzó el encuentro con dos equipos con dos roles distintos. El Priorato buscó la posesión, mientras que el Guadalcanal quería poner las ocasiones. De haberse disputado en otras circunstancias, seguramente hubieramos presenciado un espectáculo sin igual pues los dos equipos parecen jugar de una manera similar. Aunque, como ya hemos dicho, la tarde ayer no estaba para muchas "florituras". Guadalcanal no podría desarrollar nunca su juego en tales condiciones, donde el viento y posteriormente el agua deslucirían tal esfuerzo, por lo que se optó por el juego directo. La primera ocasión no obstante fue de los visitantes que disparan alto su primera ocasión. Responderían los locales con un sensacional disparo de Rafa que desbarata el meta visitante con una genial estirada. El juego de roles prosiguió hasta el minuto treinta. Guadalcanal ponía las jugadas más claras mientras que el Priorato luchaba por controlar la medular y por hacerse con el balón, y así a la media hora se inauguró el marcador. Corner lanzado desde la derecha que Zeus remata de cabeza haciendo el cero a uno. El defensa se eleva más que sus oponentes y pone en ventaja a los suyos en un partido que se veía, iba a costar trabajo ganarlo.
La réplica llegó cinco minutos después donde el Priorato, en campo del Guadalcanal, recibe una falta que saca rápidamente. Las protestas de los locales dejan al atacante que profundice por la banda y ceda de manera horizontal sin  que ningún defensor llegue a tocar el esférico para que un compañero que venía en carrera ajuste un disparo inalcanzable para Asier y coloque el uno a uno. De nada sirvieron las protestas de los rojiblancos que se quejaban de que el equipo contrario había sacado la falta con el balón en movimiento. Fruto de dichas protestas fue la expulsión de Juan, el entrenador del Guadalcanal, que fue a recriminarle al colegiado la jugada y éste lo mandó a la grada.
Tras la reanudación, más de lo mismo, aunque ahora el Guadalcanal no espero a la media hora para abrir la lata y en el siete de la reanudación, otra vez a balón parado, inicia la jugada del gol.
Nuevo saque de corner un tanto defectuoso que Chino se encarga de converitir en virtud pues ataja el balón en la frontal del area y tras revolverse ajusta al máximo el esférico para sorpresa de propios y extraños, portero del Priorato incluido, que ve como el nueve local vuelve a mojar en casa y hace el dos a uno. Locura entre los pocos aficionados ayer en El Coso y en el banquillo local donde Chino se va a celebrar el tanto.
Poco pudo durar la alegría al Guadalcanal que vió como su rival volvía a poner cerco a su portería y solo el palo evitó de nuevo el empate. Jugada parecida a la del gol visitante, aunque si falta de por medio que acaba con un fuerte chut del jugador azulino, pero el palo también juega y esta vez lo hizo de parte del Guadalcanal.
Tras esa ocasión el partido se rompió y se volvió loco. Y bendita locura que hizo que el encuentro se volviese vistoso, se volvió un partido de ida y vuelta de portería a portería y de ocasión en ocasión que hicieron que los desplazados al estadio olvidaran la maldita ciclogénesis. Cuando el partido agonizaba y el Priorato más cerca estaba del empate, Mora II apunto estuvo de apuntillar a su rival cuando tras una genial galopada bajo una manta de agua bestial Chino cede a su compañero un balón para colocarse delante del meta rival y poner la sentencia. Sin embargo, el extremo quiere ajustar demasiado el balón y éste sale rozando el palo.
El Priorato seguía vivo y por ello el Guadalcanal acabó sufriendo y pidiendo la hora. Tras un descuento eterno el colegiado pitó el final. Los locales vuelven a dar una alegría a su gente y vengan en parte la humillación de la primera vuelta. Eso si, la victoria fue un tanto agónica y sufrida en una tarde en la que lo más importante era sacar algo positivo y se sacó. Importantes pués los tres puntos que bien merecieron una tarde aciaga.

ANECDOTAS FUTBOLERAS (XIII). ¡Se nos escaparon vivos!

 
 Ahora que está todavía calentito el derby con nuestro entrañable eterno rival y teniendo la sensación de que podíamos haber ganado por una diferencia más amplia del tres a cero que reflejó el marcador final, me viene a la memoria otro enfrentamiento con el Liceo en el que de verdad se nos escaparon vivos.
     Corría el mes de agosto de 1.987 y jugábamos en nuestro estadio municipal del Coso un partido "amistoso" contra el titular del pueblo de al lado; el tanteo era de dos goles a uno favorable a nosotros cuando, a falta de unos veinte minutos para concluir el match, Pepe, el cancerbero amarillo, hace una salida en falso cometiendo un clamoroso penalti sobre el delantero centro local Nene, sufriendo la consecuente expulsión. El Liceo no tenía portero suplente y su puesto lo ocupó un jugador de campo; Nene me pidió lanzar el máximo castigo (hay que recordar que en esa época yo era jugador-entrenador del Guadalcanal C.D.) y lo convertió así que se nos puso el encuentro a huevo para machacar al contrario pues todavía quedaban veinte minutos para su conclusión, tenían un futbolista menos y lo más importante, el ocasional custodio de la portería no tenía la menor idea del arte de D. Iker Casillas, en pocas palabras, que se nos presentaba una ocasión única para meterle una goleada de escándalo a nuestros queridos vecinos. 
     Desde el momento de la expulsión comencé a diseñar en mi cabeza una estrategia totalmente ofensiva para aprovechar la tremenda ventaja que teníamos, pero el sueño del cuento de la lechera me duró escasos segundos, les refiero: en la jugada inmediata al saque de centro posterior a nuestro tercer gol se produce un saque de esquina contra nosotros, lo lanzan y Chanqui, guardameta local, atrapa el balón sin ningún problema, entonces Marcos (un delantero de Alanis que había jugado en el Guadalcanal un par de temporadas atrás) le dió un pequeño empujón con las manos; al hijo de Sandalio se le cruzaron los cables y ni corto ni perezoso, se fue hacia él y le propinó un tremendo cabezazo en pleno rostro que no se lo cargó de verdadero milagro y con todo merecimiento el señor árbitro lo mandó directamente a las duchas.
     Resultaba que yo ya había realizado todos los cambios y tampoco disponía de portero reserva (creo recordar que tuve que poner a Fili) así que todas mis ideas estratégicas para cercar la portería contraria se fueron al traste pues los dos equipos estábamos en las mismas condiciones. Total, que nuestro gozo en un pozo, porque a pesar de haber ganado por tres goles a uno, nos quedó el mal sabor de boca de que los mojinos se nos escaparon vivos.


                          Antonio Murillo